Metrópolis desestructurada

El silencio de las ruinas evoca además las omisiones y errores de varias generaciones de profesionales, involucrados a lo largo de los años en la dotación de esas infraestructuras, por cierto casi todas técnicamente bien ejecutadas, pero que omitieron la consideración adecuada de los criterios de cuidado medioambiental1. Sucesos similares más o menos recientes en el marco global, podrían conducir a todos, autoridades, especialistas y particulares, regiomontanos o no, a revisar la valoración socialmente imperante, de los paradigmas que operan el desarrollo en las ciudades y sus regiones, para dotarlos con una visión más comprehensiva de la realidad, incluyendo criterios y normativas parámetro de sustentabilidad2. Es indispensable incorporarlos ya a los análisis de los relativos a los aspectos económicos, políticos y sociales, que la grave crisis financiera, todavía vigente, ha mantenido en la mira de todos; y destacar aquellos que tienen que ver con la planeación y el desarrollo regional equilibrados3.

Los criterios utilizados hasta ahora demandan una revisión urgente, para normarlos adecuadamente, aunque en muchos aspectos permanecen aún sin establecer. Profundizar hasta reformular los que se refieren los aspectos propiamente urbanos4: los relativos a las características de la huella del crecimiento de la ciudad y de su urgente reasignación o regeneración funcional, ya sea en las zonas de escasa densidad o en aquellas con intensidades menos homogéneas. A la vez, convendría establecer los mecanismos para la conservación y regulación del crecimiento de las mejor cualificadas y utilizadas.

Cerro de la Silla. (Google Photo / Cesar J. Salinas)
Cañón del Huajuco. (Google Photo / Javier Rodríguez)
En el medio local, al igual que en otros, se aceptaron desde inicios del siglo pasado, modelos urbanos contrapuestos al tradicional de nuestra cultura (hoy ya han sido cuestionados, incluso desechados por los mismos que los originaron y difundieron), que se incorporaron durante el crecimiento urbano acelerado. Ahora representan un lastre y condicionan aspectos relevantes de sustentabilidad para la ciudad de Monterrey.

La expansión informe de la mancha urbana que no ha cesado, aunque la actividad económica preponderante se encuentre ya migrando a un estadio postindustrial y especializado de servicios, hace tiempo que se salió de control, no como consecuencia del desarrollo industrial, sino por la ausencia de las propuestas de planeamiento adecuadas. Ausencias que empiezan a subsanarse y que es necesario acelerar su proceso de gestión.

Área conurbada de Monterrey
Al anterior paradigma que densificaba progresivamente la construcción de la manzana en los centros urbanos, se superpuso el modelo suburbano de vivienda aislada. Como ambos utilizan la trama reticular de la ciudad y con frecuencia la fragmentación excesiva de sus predios, la superposición se presento sin solución de continuidad durante la expansión urbana. La inducción del paradigma se tradujo en la conservación de la tendencia de crecimiento casi exclusivamente horizontal.
Durante el proceso de transformación de las franjas industriales norte y oriente, exteriores al núcleo central de la ciudad se van generando importantes discontinuidades en la trama urbana, podríamos calificarlos como ‘otros paisajes’, algunos han sido programados, otros son más bien residuales, pero casi todos pendientes también de reasignación funcional y reglamentación. Hoy debemos considerarlos como oportunidades para la regeneración de la ciudad, como verdaderos activos urbanos, también retos para la creatividad de los urbanistas y encargados del planeamiento metropolitano de la capital neolonesa5.

Algunas zonas del norte del área metropolitana pudieran catalogarse como ‘Terceros paisajes’, a medida en que sus funciones originales entran en desuso.

[1] ‘El Alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal, informó ayer que Protección Civil ordenó a los dueños de los edificios Santa Fe, evacuados el domingo, realizar estudios geológicos del área…’’Deberían tener un estudio, cuando son construcciones en zona montañosa, deberían tener estudios geológicos, hidráulicos, y vial (sic), el expediente que tiene el área no tiene esos estudios’’, dijo’. Rodríguez, Alberto. Exigen estudios geológicos a dueños de multifamiliares. El Norte. Local. Jueves 30 de Septiembre del 2010. Pág. 6.
[2] ‘Tenemos que ampliar los conceptos físicos y biológicos de la ecología para incluir los comportamientos sociales del hombre como un factor crítico en el mantenimientos de su equilibrio ecológico dinámico. La naturaleza no sólo se ve modificada por la acción del hombre, como ponen de manifiesto la ciencia y la tecnología al transformar la Tierra con propósitos económicos, sino también por aquellos factores, menos disponibles a la percepción y la cuantificación, que son los sistemas ético-políticos, la educación, la necesidad de contigüidad social y comunicación, el arte, la religión, etc. Tales factores ‘’socioculturales’’ han desempeñado, y lo seguirán haciendo, un papel considerable en los progresos evolutivos de la humanidad y en sus efectos sobre la ecología general de la Tierra.’ García-Germán, Javier De lo mecánico a lo termodinámico. Compendios de Arquitectura Contemporánea. Editorial Gustavo Gili, SL Barcelona, 2010. Pág. 62, párr. 1.
[3]‘… el gobierno federal…, creó, …los primeros instrumentos que permitieron la intervención directa…, en la generación de infraestructura de impacto regional…, brilló por su ausencia cualquier disposición relacionada con el robustecimiento de los otros dos niveles de gobierno…, el ordenamiento del territorio se dirigió desde el gobierno federal, el cual canalizó las inversiones hacia el desarrollo de áreas que se consideraban estratégicas para el Estado posrevolucionario tales como equipamiento educativo, de salud, además de la infraestructura necesaria para la producción, el comercio y la integración regional…, una actuación estatal en el ámbito territorial sectorizada, centralizada, con ausencia de participación social, que respondía a una visión fragmentada de la realidad económica territorial, y que constituyó la forma normal de actuación durante las siguientes décadas (a partir del marco legal de la Constitución de 1917).’ García Castañeda Paul, Estado, planeación y territorio en México, en Castrillo Romón, María A, y González-Aragón Castellanos, Jorge (coordinadores), Planificación Territorial y Urbana, Investigaciones recientes en México y España, Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial (etc.) 2006. Pág 46 párr. 4 y Pág 47, párr. 2 y 3.
[4] ‘…el manejo discrecional de la regulación urbana y las políticas autoritarias y sin sujeción a los planes de dotación de infraestructura y servicios han permitido o impulsado un crecimiento extensivo, disperso y anárquico de los centros urbanos que depreda la tierra agrícola y los recursos naturales, eleva los costos sociales de dotación de infraestructura y equipamiento urbanos, incrementa el tiempo y costo del transporte y multiplica las fuentes móviles y fijas de contaminación ambiental.’ García Castañeda Paul, Estado, planeación y territorio en México, en Castrillo Romón, María A, y González-Aragón Castellanos, Jorge (coordinadores), Planificación Territorial y Urbana, Investigaciones recientes en México y España, Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial (etc.) 2006. Pág 53, párr. 1.
[5] ‘Existen tres grandes tipos de ‘Tercer Paisaje’. En primer lugar el espacio abandonado, que proviene de un suelo antiguamente explotado. Su origen es múltiple: agrícola, industrial, urbano, turístico, etc. Abandonado y baldío son sinónimos. En segundo lugar existe la reserva, un lugar que nunca ha sido explotado. Su existencia se debe al azar o a la dificultad de acceso que hace su explotación sea imposible o costosa. Finalmente, el conjunto primario, espacio aislado que no ha sido nunca explotado, protegido por ley. El tipo de espacio que denomino "abandonado" está literalmente incrustado en el tejido urbano actual, y puede entenderse como algo que pertenece a la ciudad y no como un residuo. Más bien desde el punto de vista político, debe ser considerado como un valor, como algo positivo. No es un jardín sino un lugar que acoge la diversidad. Visto desde este ángulo, toma un aspecto muy diferente: deja de ser un lugar invadido por los detritus y las malas hierbas y se convierte en una especie de depósito o "cápsula biológica" del futuro. En la medida en que da cabida a la diversidad, representa el patrimonio genético de la humanidad.’ Clément, Gilles, Faire avec (et jamais contre) la nature, en García-Germán, Javier (ed.), De lo mecánico a lo termodinámico. Compendios de Arquitectura Contemporánea. Editorial Gustavo Gili, SL Barcelona, 2010. Pág. 73, párr. 1, 2.

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