Más vale tarde que nunca

Una buena parte de los daños que ocasionó el huracán, se hubieran podido evitar, o por lo menos atemperar, con haber atendido a las llamadas de atención, algunas hechas hace muchos años, por especialistas locales y visitantes, que proponían que además de salvaguardar la belleza de las montañas que rodean la ciudad, se necesitaba inducir la orientación del proceso de crecimiento urbano. Porque ha sido regido las más de las veces por las condiciones de mercado para inversiones de corto plazo y porque ha estado sujeto a la discreción de muchos políticos y ausente por años de casi cualquier formalidad o vigencia legal que lo planeara o regulara. Todo el proceso ha sido ajeno a cotejar sus consecuencias con modelos urbanos diferentes1.


Láminas 15 y 16. Las manzanas del barrio antiguo (15) y del núcleo central de la ciudad (16) construidas éstas durante el proceso de crecimiento industrial metropolitano, no presentan diferencias sustanciales en la forma en que se desarrollaron.
La ciudad ha mantenido muchos años volúmenes altos de construcción de vivienda, pero con niveles muy bajos de densidad, siempre con vistas a la satisfacción del ideal compartido en la ciudad, y en general del norte del México, que privilegia que los ciudadanos adquieran o construyan su casa en un terreno de su propiedad. Esta circunstancia que se presenta naturalmente durante los períodos de estructuración de las ciudades con modelo hipodámico (con trama reticular de calles), mediterráneas o nórdicas.

Históricamente el modelo se ha replanteado en coincidencia con el crecimiento que proviene de la migración del campo hacia la ciudad por las mejores condiciones económicas que ha ofrecido el desarrollo económico comercial o industrial de las ciudades2. El origen de la revisión generalmente se presentó como consecuencia de las insuficiencias de las ciudades medievales y renacentistas ante las avalanchas de operarios que el éxito de la Revolución Industrial introdujo, urgiendo perentoriamente la solución de los problemas de higiene y economía en la dotación de servicios, pero concomitantemente al planteamiento fundamental de salvaguarda de los aspectos relacionales en las ciudades. Estos son los que verdaderamente estructuran el concepto occidental de ciudad; aunque aquellos proporcionan bienestar y comodidad resultantes del desarrollo técnico asociado al fenómeno de la industrialización.

Lámina 17. Los Condominios Constitución se planearon con densidad mayor.
Lámina 18. Ejemplo de segregación funcional en medio de vivienda.
Un ejemplo son los modelos de ensanche europeo de los siglos XIX y XX, cuyos planeamientos densifican y mantienen la diversidad funcional. Otro, son los modelos nórdicos de las mismas épocas, en los que la densificación se acentúa marcadamente para las zonas centrales de la ciudad pero estableciendo la separación funcional; los suburbios periféricos se transforman en ‘ciudades jardín’ para usos de vivienda aislada. La mayoría de las ciudades representativas de la actualidad han experimentado ambas soluciones urbanas durante sus procesos de desarrollo. Sin embargo las cualidades de vida urbana y de sustentabilidad son radicalmente opuestas entre ellas.

Las sucesivas crisis de hidrocarburos ocurridas a partir de la década de los 70 del siglo pasado, han significado para muchas de ellas un viraje en los modelos que utilizan en su planeamiento, sobre todo para los países de la Europa continental. La búsqueda del equilibrio no será sencilla, ni puede encontrarse en respuestas únicas. Aparte del bajo grado de sustentabilidad, ha tardado en llegar la conciencia de la escasa sociabilidad que aportan las soluciones que no densifican, porque no propician la cohesión de la vida social que facilitan las otras. Sin embargo, problemas de saturación y sobre densificación se pueden presentar, degradando y volviendo insegura la vida urbana.

Desafortunadamente también han proliferado las soluciones que en cierta medida 'urbanizan' o compactan el modelo de ciudad jardín: los 'townhouses' o viviendas adosadas, que minimizan el terreno del predio y agregan altura a la vivienda; sin embargo, su multiplicación en exceso continúa manteniendo la segregación funcional urbana. Además se promueven en forma más o menos demagógica, en realidad llegan a ser suburbios hacinados, y casi siempre son responsables de la expansión irrestricta de la mancha urbana y de la destrucción del medio ambiente periférico de las ciudades.

El sueño americano convertido en pesadilla urbana. Por desgracia también para Monterrey, porque anualmente incrementa su perímetro urbano con millares de viviendas en condiciones cada vez más raquíticas y limitadas de accesibilidad. Limitaciones que no se refieren exclusivamente a las actividades secundarias y terciarias sino también a las de los servicios públicos. Los análisis están en proceso, pero el remedio todavía tardará. Incluso la difusión misma de los programas y planes en curso para corregir las desviaciones es escasa, y los planes están todavía sujetos a detalles, consensos, ajustes, autorizaciones e implementaciones.


[1] 'BMV. A finales del año (2010), la Bolsa (Mexicana de Valores) tendrá un Índice de Sustentabilidad que será integrado voluntariamente por emisoras y medirá aspectos como responsabilidad social, gobierno corporativo y cambio climático. La firma inglesa EIRIS y la Universidad Anáhuac colaborarán'. El Norte. Negocios. Portafolio. Viernes 27 de Agosto del 2010. Pág. 1.
[2] 'Si la revolución neolítica tuvo como consecuencia la aparición de las primeras ciudades, la revolución industrial supuso un cambio significativo en las ciudades y en sus usos. La nueva organización del trabajo en serie, realizada en las fábricas ubicadas en el interior de las ciudades, significó una expansión urbana que tuvo una rápida respuesta en la ciudades europeas más avanzadas económicamente, ya que se ampliaron y se reformaron para poder absorber el incremento de población'. Antoni Falcón (et alt.), Espacios verdes para una ciudad sostenible. Planificación, proyecto, mantenimiento y gestión, Editorial Gustavo Gili, SL, Barcelona, 2007. Pág. 20, párr. 4.
[3] '...a finales del siglo XIX nació el término "ciudad verde" o "ciudad jardín", sobre la base de un concepto de ciudad convertida en un paraíso verde. Este tipo de urbanización se definía a partir de los siguientes principios básicos: la delimitación de las áreas en función de criterios de zonificación, la edificación extensiva en la que prevaleciera el ambiente paisajístico, la asignación de jardines particulares a cada vivienda unifamiliar, y la reserva de zonas verdes públicas para el recreo y la práctica del deporte'. Antoni Falcón (et alt.), Espacios verdes para una ciudad sostenible. Planificación, proyecto, mantenimiento y gestión, Editorial Gustavo Gili, SL, Barcelona, 2007. Pág. 21, párr. 2.

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