Morfología multi funcional

La introducción de criterios de segregación funcional en el urbanismo occidental se origina por diferentes causas. La primera y tal vez la más antigua y natural, tendría que ver con la protección y seguridad de los habitantes de las ciudades, que dejaba extramuros las actividades agrícolas y pecuarias, imposibles de alojar en los apretados espacios urbanos medievales y que por otro lado no eran propiamente funciones urbanas. Más tarde, con el crecimiento y refinamiento de las ciudades, se acentúan sus características urbanas, por lo que llega a echarse de menos la interacción que sus habitantes solían compartir con la naturaleza, por lo que se presentan soluciones de vivienda aislada en el campo. Aunque tenemos ejemplos muy antiguos, que nos son familiares, como las exóticas villas de los patricios romanos, el fenómeno adquiere relevancia a partir del Renacimiento en los siglos XV y XVI, pero sobre todo entre los ilustrados y románticos ingleses de los siglos XVIII y XIX. Con las instalaciones industriales dentro de las ciudades, y en general con la introducción de los análisis funcionales en arquitectura y urbanismo, la segregación se vuelve condición de higiene para la correcta localización de la vivienda, a veces en tonos dramáticos, y al mismo tiempo, ante el fenómeno de migración y expansión urbanas, como forma de mantener la escala humana en las ciudades. También ante especialización y complejidad de las funciones terciarias, buscando racionalizar las condiciones ideales de habitabilidad para las viviendas.

Lámina 1 y 2. Ejemplos de ciudad o territorio difuso identificado por la segregación funcional de las funciones urbanas y de una ciudad compacta en la que se condensan accesiblemente todas.
El concepto de ciudad jardín, que en propuesta de Howard, habría de resolver también para los obreros el problema del costo de la vivienda, segregaría las complejidades y dimensiones de las modernas ciudades industriales, mediante agrupaciones de núcleos interdependientes o ciudades satélites, con cierta especialización funcional también al interior de cada núcleo. Pero en el marco del Movimiento Moderno, los análisis racionalistas segmentaron, buscando homogenizar, algunas funciones complementarias de la vivienda para las nuevas ciudades del siglo XX. En buena medida la segregación pudo ser habilitada por la aparición de transporte colectivo más eficiente y rápido, pero más que nunca por las facilidades que introdujo el automóvil. Pero las ventajas de los análisis racionalistas llegaron pronto a sus límites eficientes, con el crecimiento y la generalización de las soluciones unifamiliares. Este paradigma, que fue hábilmente popularizado y comercializado por el urbanismo norteamericano, había sido adoptado globalmente y sus manifestaciones están a la vista en megalópolis difusas e interminables regiones sobre urbanizadas. Este modelo también ha demostrado, entre otras carencias, su falta radical de sustentabilidad, por lo que a partir de las crisis mundiales de hidrocarburos ha sido cuestionado y también modificado, contrastándolo con el de las ciudades compactas. Con particularidades que analizaremos después, Monterrey creció así desde su proceso de industrialización, que comenzó la última década del siglo XIX, y se encuentra de facto, ciento veinte años después, dentro del proceso de reformulación que requiere. Pero sin rumbo coordinado ni en el marco de un proceso ordenado.

Láminas 3 y 4. Diagramas del funcionamiento teórico de los grupos de ciudades jardín y del interior de los núcleos.
Lámina 5. Plano de la propuesta de un suburbio jardín para la ciudad de Hampstead al norte de Londres.
Hoy, que en muchos casos, como el de Monterrey, el modelo de ciudad industrial ha sido superado, hace falta reformular el paradigma urbano desde una perspectiva más amplia, que no solo incluya el ámbito territorial y regional, o criterios medio ambientales, sino que también los elementos sociales, culturales, económicos y políticos, sean adecuadamente regulados y democráticamente consensados. La morfología multi nucleada, asimilable a las agrupaciones de ciudades compactas, se presenta en Monterrey no al modo howardiano o periférico, sino parcial y desordenadamente, más como sobre densificación de la construcción, casi siempre en altura, ocasionada por la concentración funcional en zonas determinadas del área difusa metropolitana. Sus orígenes son diversos, pero se presentan en sitios con elevada dotación de vialidad, aunque por lo mismo, con severas restricciones de accesibilidad, dada la precaria situación del transporte colectivo local. Pero esta condición multi nucleada también cuenta con ventajas y habría que potenciarlas. Porque la flexibilidad y adaptabilidad funcional interna de cada núcleo permite homologar las condiciones de regulatorias, consensar con mejores posibilidades de éxito el crecimiento balanceado y la conservación de la vida urbana al interior de cada subsistema. A la vez se podría orientar la vida productiva interna de los núcleos de forma complementaria, de modo que el agrupamiento aporte las ventajas de la economía de escala y la organice como competidor global.1

Lámina 6. Zona de Monterrey en la que se muestra la se ha presentado una densificación de la construcción pero con mezcla desordenada de vivienda unifamiliar y plurifamiliar, centros comerciales, hospitales, oficinas, equipamiento deportivo.
La transformación de la economía regional de la producción industrial, a la de servicios especializados, específicamente los de tecnología avanzada, los educativos y de investigación y los de servicios médicos de alta especialidad hacen viable revertir, en ciertos casos, la tendencia expansiva de la mancha urbana para conseguir la condensación funcional mixta, alrededor de las zonas en las que los procesos de especialización han iniciado y comienzan a redefinir e identificar algunas de las zonas de la conurbación. Con muy honrosas excepciones, que no han obtenido suficiente difusión ni siquiera en términos conceptuales, uno de los mayores obstáculos a superar, consiste en la práctica arraigada que sostiene la visión de maximizar la rentabilidad de la inversión en el corto plazo2, y no solamente en términos económicos, sino que ayuntada a la falta de visión política, obstaculizan las ventajas de la promoción e implementación de los otros modelos urbanos, algunos apenas despuntan en la perspectiva local, que son más exitosos, también en lo económico y político, en el mediano y largo plazo3.


[1] ‘Anteriormente, las dimensiones de los problemas urbanos permitían resolverlos, en gran parte, con medidas locales. En la actualidad, en un contexto de internacionalización de la economía y de competitividad entre los sistemas urbanos, la dimensión y características de los problemas son también globales y, en consecuencia, se deberá tener en cuenta la globalidad para resolverlos… La sostenibilidad de la ciudad no está garantizada y su crecimiento actual es claramente insostenible’. Rueda, Salvador, La ciudad compacta y diversa frente a la conurbación difusa. Versión revisada por el autor en 2009, en García-Germán, Javier (ed.), De lo mecánico a lo termodinámico. Compendios de Arquitectura Contemporánea. Editorial Gustavo Gili, SL Barcelona, 2010. Pág. 157, párr. 7.
[2]  ‘La planificación no puede definirse de manera sucinta, pues consiste en la formulación de futuros hipotéticos alternativos que se construyen mediante acciones componentes que conforman protocolos de actuación. A continuación, éstos se ven cuantificados en términos de costes y beneficios (utilizando el sistema de valores del iniciador de los futuros alternativos). La solución de menor coste y mayor beneficio constituye el futuro hipotético preferible.
Cuando se unen "planificación" y "ecología", cambia la prioridad de objetivos. Los objetivos se derivan a partir de la región. La planificación ecológica es un instrumento que pone de manifiesto regiones como sistemas dinámicos e interactivos que tienen oportunidades intrínsecas y límites para todas las funciones humanas. Los futuros hipotéticos preferibles serán ofrecidos por emplazamientos donde todos o la mayor parte de los factores propicios existan junto con ninguno o pocos de los perjudiciales para cualquier uso previsto y para el conjunto de los mismos. Lo que constituye lo propicio y lo perjudicial se deriva del uso previsto y del sistema de valores de la persona o grupo iniciador’. MacHarg, Ian, Human ecological planning at Pennsylvania, en Landscape Planning, (número especial dedicado al Departamento de Arquitectura del Paisaje y Ordenación Regional de la University of Pennsylvania editado por Arthur Johnson) 8, 1981, págs. 109-120. García-Germán, Javier De lo mecánico a lo termodinámico. Compendios de Arquitectura Contemporánea. Editorial Gustavo Gili, SL Barcelona, 2010. Pág. 128, párr. 3 y 4.
[3] ‘Los estudios de microzonificación pueden también definirse como un ejercicio democrático apegado a derecho en materia de planificación del desarrollo urbano municipal’. (Ing. Mauricio Fernández Garza C. Presidente Municipal 1989-1991). ’Para evitar el deterioro urbano del municipio. El 24 de febrero de 1990 la Administración Municipal, acordó suspender las licencias de construcción que no fuesen residencias unifamiliares, esta decisión fue avalada por la población a través del referéndum del 25 de marzo de 1990. 13,245 de 14,252 ciudadanos que participaron apoyaron la medida’. Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas. Dirección de Urbanismo y Planificación. Usos de Suelo Aprobados, San Pedro, Garza García, Nuevo León. R. Ayuntamiento 1989-1991, 3/42.

Morfología multi nucleada

Aunque es cierto que con la implementación de algunos parámetros clave, se puedan corregir las características generales de Monterrey, no serán la panacea para resolver la problemática total de la ciudad, porque la morfología también debe incorporarse en el análisis, para establecer las diferenciaciones indispensables en la trama urbana. Con conceptos utilizados por el urbanismo desde hace cien años y planteados en Monterrey hace casi cincuenta por Guillermo Cortés Melo, pero adaptándolo a la nueva realidad metropolitana, se podría repensar el área conurbada en forma de un conglomerado de núcleos de escala urbana, interdependientes, de mayor compacidad y con diversidad funcional integrada; que permitirían a la vez ajustar la visión habitual a la problemática del territorio. Esta visión llegaría más allá de la que solo toma en cuenta el mantenimiento y la dotación adicional de infraestructura o el establecimiento y regulación de los sistemas de movilidad vehicular1. Algunos criterios de la ciudad jardín de Howard, o de la ciudad lineal de Soria, que en su momento fueron planteados a nivel teórico como aplicables a Monterrey, siguen vigentes, y junto con los nuevos criterios morfológicos y de sustentabilidad actuales podrían establecer un nuevo intento en la configuración metropolitana. Se podrían entonces intentar nuevas herramientas de control, preferentemente orientadas a conservar y mejorar las características de la vida humana dentro del área conurbada, que incluyan parámetros los de conservación y recuperación medioambientales de los que hemos hablado para la región metropolitana2.

Con la condición multi-nucleada, el análisis para las infraestructuras necesarias de cada centro, además de permitir la dotación y operación de los servicios públicos en términos más económicos, podría permitir diseñar un sistema de interconexión metropolitano para alivio de emergencias3.

Lámina 57. Las dos primeras ilustraciones muestran el concepto original de la Ciudad Jardín de Ebenezer Howard, 1902 y el concepto utilizado por Arturo Soria para la Ciudad Lineal de Madrid. La tercera ilustración tiene la fotografía de satélite de Monterrey, señalando algunos de los núcleos de concentración de actividades y de construcción en la ciudad.


[1]'…Por otra parte, la elaboración de González del Castillo recogerá también tempranamente la inquietud por el planeamiento regional y tratará de encontrar el papel de la linealidad dentro de él. La simple posibilidad de la triangulación del territorio, contenida ya en la propuesta de Soria, es desarrollada a través del análisis de las posibilidades de tres formas diferentes de utilización de la ciudad lineal: como ensanche en forma de anillo alrededor de una ciudad, como enlace entre dos ciudades y como banda colonizadora y repobladora, extendiéndose por la campiña…'. De Terán, Fernando. Planeamiento Urbano en la España Contemporánea. Historia de un proceso imposible. Editorial Gustavo Gili, Barcelona 1978. Pág. 75, párr. 5.
[2]'…Desde hace poco, vivimos contractualmente con la Tierra… Las cuerdas que nos atan juntos forman, en suma, un tercer mundo: alimenticias, materiales, científicas y técnicas, informacionales, estéticas, religiosas… para nuestra grandeza y nuestras responsabilidades. El contrato natural se parece a un contrato de matrimonio, para lo bueno y para lo malo. Por análisis debe entenderse el conjunto de actos y de pensamientos que desunen. Por donde quiera que pasa o abraza, todo lazo transmite fuerza o información, alguna resonancia. Para instaurar la precisión y la exactitud, la ciencia moderna dividió esos lazos, y, gracias a esas divisiones, rechazó la resonancia universal; su ideal invirtió la función del contrato. Pues bien, los problemas globales planteados por las ciencias y las necesidades contemporáneas invierten de nuevo eses ideal de división, y en ese modo reanudan los lazos que el análisis desanudó. Volvamos de nuevo al contrato'. Serres, Michel, Le contrat natural, Éditions François Bourin, París, 1990, en García-Germán, Javier (ed.), De lo mecánico a lo termodinámico, Compendios de Arquitectura Contemporánea. Editorial Gustavo Gili, SL Barcelona, 2010. Pág. 89, párr. 5 y Pág. 90 párr. 1, 2.
[3]'Los sistemas infraestructurales funcionan como ecologías artificiales. Dirigen los flujos de energía y recursos en un lugar, y condicionan la densidad y dirección de un hábitat. Crean las condiciones necesarias para responder a ajustes incrementales en la disponibilidad de los recursos y modifican el modo de la habitabilidad en respuesta a condiciones ambientales cambiantes'. Koolhaas, Rem, Siete propuestas, 1991, en García-Germán, Javier (ed.), De lo mecánico a lo termodinámico. Compendios de Arquitectura Contemporánea. Editorial Gustavo Gili, SL Barcelona, 2010. Pág. 181, párr. 1.