Cincuenta años del Plan Director de Monterrey (segunda parte)

JULIO 2017

Para conmemorar cincuenta años de la publicación del Plan Director de Monterrey de 1967 (Exápolis 2000), en METROPOLISREGIA.COM | JUNIO 2017 se inició el análisis de las principales propuestas del plan, que corresponde culminar en este artículo.

En la primera parte, publicada en junio, se describe la propuesta fundamental de los redactores, los arquitectos Cortés Melo, Albalate Olaria, Ríos Leal y otros: desarrollar el área metropolitana de Monterrey como un conjunto de seis ciudades contiguas casi independientes, con una “estructura federativa orgánica” (Cortés Melo)1; para la que se había estimado una población que superaría cinco millones de habitantes al final del siglo XX, con una superficie aproximada de cuarenta mil hectáreas, restringiendo la expansión irracional que había comenzado desde los años cuarenta2.

En esta segunda parte de julio, resta por explicar las características que tendrían tales “ciudades federación”: las condiciones de un planeamiento de “nivel óptimo” (Bardet) con el que según los redactores del Plan, se lograría “el desarrollo tanto de la comunidad como de la persona en todas las etapas y formas de la vida social, y a la vez se obtiene la mayor eficiencia urbana general en los demás aspectos”3.

Finalmente, y haciendo frente a la inobservancia de las recomendaciones del Plan Director de 1967, conviene hacer una valoración del proyecto en su conjunto y de la desviación posterior del planeamiento metropolitano de Monterrey.

Figura 0717-1. El Plan Director del Plan Regulador de la Subregión Monterrey de 1967, Guillermo Cortés Melo y colaboradores. Al final del siglo XX, incluida la Ciudad Central existente (color rojo), la metrópoli estaría compuesta por seis ciudades federación (Exápolis 2000). La expansión de las zonas industriales (sombreado color gris) y la de las zonas de vivienda de cada ciudad federación (color rosa) se desarrollan a partir del sistema de comunicaciones radial de la Ciudad Central. Los núcleos terciarios de equipamientos (color verde) son la estructura física y funcional de las zonas de vivienda


LAS CARACTERÍSTICAS DE LA CONFIGURACIÓN DE EXÁPOLIS 2000

A los parámetros de población y superficie urbanizable mencionados antes, la propuesta de Exápolis 2000 reconoce otros condicionantes de una peculiar configuración tentacular, contenida por el trazado del anillo de circunvalación metropolitano (Fig. 0717-1).

Por una parte, se considera que el planeamiento de la ciudad debe dar respuesta a la afinidad social natural de todo ser humano, lo cual se logra con el escalonamiento comunitario vecinal. Porque, para el pleno desarrollo social del hombre, es indispensable “pertenecer a varios grupos además del grupo familiar. Estos grupos son de dos tipos, los grupos de actividad (tales como los laborales, recreativos, políticos, religiosos, culturales) y los grupos vecinales”4. Por eso, “cualquier estructura urbana debe planearse, idealmente, desde el grupo vecinal más elemental, el llamado “escalón patriarcal”, grupo de 10 a 15 familias (…), hasta los grupos urbanos más complejos y completos: las ciudades óptimas y la ciudad federación, pasando por los grupos intermedios como el escalón doméstico y el barrio”5.

Por la otra parte, la “estructura federativa orgánica” que se ha dicho, debe amoldarse al entorno geográfico propio. Ya en el artículo de junio se explica los condicionantes de la orografía, las barreras naturales para el crecimiento radio concéntrico de la Ciudad Central, que constituyen las montañas y los cerros que rodean Monterrey. Pero, a estos, el proyecto de Exápolis 2000 añade los cauces de la cuenca hidrográfica, que se destinan para zonas verdes públicas de las ciudades federación. Los cauces del Río Santa Catarina -en su recorrido por los municipios de Santa Catarina, San Pedro y Monterrey-, del Río La Silla -a lo largo de Monterrey y Guadalupe-, y también los de los arroyos más importantes que absorbería la expansión de la metrópoli hacia el Norte. Aunque, quizá por pensar la ciudad como “unidad ecológica de orden superior”, el más importante de todos sería la preservación del humedal que se formaba entre los cauces cerca de la confluencia de los ríos Santa Catarina y La Silla, al Oriente del municipio de Guadalupe6.

Asimismo, por sus características tanto topográficas como hidrográficas, el Plan Director propone condicionar para usos no-urbanos otras dos importantes extensiones suburbanas: el Cañón de Huajuco, al Sureste del cruce del Río La Silla, que había sido decretado parque nacional7, y al Noreste de la Ciudad Central una zona para uso agrícola entre los municipios de San Nicolás y Apodaca8 ; que, pese a la reorientación terciaria de la economía regional, en ninguna de ellas adopta los objetivos señalados.

Así que, partiendo de una preconcepción de la estructura social (Bardet), así como de los condicionantes geográficos territoriales, el Plan Director de Monterrey desarrolla el modelo geométrico de la expansión de la metrópoli futura, de las seis ciudades federación mencionadas; en las que la configuración tentacular se justifica por la disposición radial histórica de las vías de comunicación (Poëte), aunque induciendo a partir de ellas cierto tipo de crecimiento direccional controlado (Doxiadis).

Sin embargo, si la disposición radial de las vías de comunicación determina naturalmente la estructura principal de las ciudades federación, la transversal de ellas define el programa de actuación del planeamiento urbano, el ordenamiento escalonado de la comunidad. Es decir, la secuencia del desarrollo de las Ciudades Óptimas en el tiempo,  constituidas a su vez, por los componentes urbanos de las diferentes escalas de la topografía social (Bardet) (Fig. 0717-2).

Pero la ordenación óptima de los componentes asegura la operatividad del Plan, ponderando ciertos aspectos cualitativos además de los cuantitativos9. Por ello, cada una de las ciudades federación prevé por separado las zonas para vivienda futura y para la expansión industrial. Ésta queda circunscrita tanto por la estructura radial motorizada, que viene de la Ciudad Central, como por las vías del ferrocarril; y está en tal posición, que las condiciones de ventilación natural reducen los efectos nocivos de la contaminación atmosférica en las zonas de vivienda.

Por su parte, la zona prevista de vivienda futura de cada ciudad federación la constituye un grupo de ciudades óptimas, un racimo de unidades completas. Solo la contigüidad de todas ellas garantiza el funcionamiento óptimo: el acceso desde la vía radial, la cohesión de los tejidos y la disponibilidad de los equipamientos colectivos que conforman la estructura urbana. “Cada ciudad federación del conjunto principal está constituida por una federación de 6 a 9 ciudades óptimas que utilizan (y se estructuran con respecto a) un centro terciario donde se encuentra aquel equipamiento no costeable a la escala de cada ciudad óptima”10. La población de la Ciudad Central se prevé para 1.550,000 habitantes (11,371 Ha), y la de las cinco ciudades federación varía entre 460,000 y 920,000 habitantes (3,488-6,813 Ha).


Figura 0717-2. Croquis de una ciudad federación de Exápolis 2000. El sistema de comunicaciones radial de la Ciudad Central determina la disposición de los componentes y el programa del Plan. La zona industrial está separada de la vivienda. El centro terciario, la estructura física y funcional de la ciudad federación, lo constituyen los equipamientos comunitarios rodeados por una extensa zona verde, que alcanza a todas las ciudades óptimas. Zona Industrial (ZI). Ciudad Óptima (CO). Espacio Verde (EV). Centro Comercial (C). Núcleos de equipamiento sanitario, educativo, deportivo y social: el Núcleo 1 (N1) debía tener Hospital, Universidad, Centro Universitario, Estadio y Centro deportivo. El Núcleo 2 (N2), Parque público, Clínica, Centro religioso y otro Centro Universitario. El Núcleo 3 (N3), Clínica, Centro de Espectáculos y el Edificio Administrativo. Cerca de la Ciudad Central debía estar el Centro Comercial y en el perímetro de las ciudades óptimas pequeños cementerios.


Pero, la atención del diseño urbano se orienta principalmente en la solución de los centros de equipamiento comunitario de cada ciudad federación; porque “estructuran a las zonas de vivienda de una manera general, tanto física como funcionalmente, pues agrupan gran parte de los elementos atractivos de las ciudades y son la sede de importantes fuentes de trabajo”11. Como es lógico, para el caso de la ciudad existente la dotación solo sería complementaria12; pero, para los demás, la configuración lineal acompañaría el desarrollo de las ciudades óptimas. Además, en correspondencia con esto, “la vialidad se estructura a base de un eje longitudinal más o menos radial con respecto a la Ciudad Central, que bordea las zonas de equipamiento terciario (en forma de dos arterias paralelas), y un conjunto de arterias sensiblemente perpendiculares a éste, que corresponden a las arterias de los centros y los límites de las ciudades óptimas de cada ciudad federación13.

Los siguientes niveles del escalonamiento urbano, que excluyen las zonas industriales de las ciudades federación, repiten la solución equipamental. Continúan la configuración centralizada y orgánica en los núcleos terciarios, dotados con los equipamientos comunitarios indispensables para el funcionamiento diario (Fig. 0717-3 a 0710-5). Las ciudades óptimas (10-18 barrios) conformadas por los barrios (500-2,000 familias) y, a su vez, por los grupos domésticos de viviendas (80-200 familias).

Figura 0717-3. La Ciudad Óptima de Exápolis 2000. Cada sería un racimo de barrios enlazados por un gran espacio verde con los equipamientos necesarios y con circulaciones peatonales separadas de las motorizadas. En la articulación del racimo de barrios se debía localizar el centro comercial (C) y un Teatro (T). Cada ciudad debía contar con dos núcleos educativos (N1) con una Escuela Técnica y una Preparatoria. También debía tener una zona de entretenimiento (N2) principalmente constituida por salas de cine. El núcleo de servicios públicos (N3) tendía un Centro de Salud, un Centro Social y un Edificio Administrativo


Figura 0717-4. Las Unidades de Barrio de Exápolis 2000. Los barrios se conformaban por un conjunto de grupos domésticos cuyos equipamientos estaban contenidos en una zona verde (EV) que continuaba la de la Ciudad Óptima. En la articulación de los parques había una zona para el comercio de diario (C) muy cercana a un núcleo de servicios (N1) con una clínica pequeña, una Escuela Secundaria, la Iglesia y el Edificio administrativo; mientras que podía está un poco más alejado de éste otro núcleo (N2) con otra clínica, el Centro Social, la Escuela Primaria y el Jardín de Niños

Figura 0717-5. Los Grupos domésticos de Exápolis 2000. Las unidades de barrio se configuraban con grupos domésticos alrededor de una zona verde (EV) con un parque (P) y una pequeña zona de comercios (C) asociada a las vías de circulación vehicular pero independiente de las peatonales que comunicaban los equipamientos y el grupo de viviendas (V)

Por último, es necesario mencionar, que los redactores eran concientes plenamente, que la realización del proyecto estaba condicionada por muchas operaciones inmobiliarias que permitieran disponer del suelo para desarrollar el plan de Exápolis 2000. Y, para asegurarlo, proponen afectar una cantidad muy importante de suelo ejidal y particular de la periferia de Monterrey (Fig. 0717-6). Debido a que la factibilidad dependía absolutamente de la consolidación de la propiedad, de gestiones cuya escala y complejidad no tenían precendente en la ciudad; quizá por esto, como se mencionó, los obstaculos resultaton infranqueables.


Figura 0717-6. 1. Adquisición de 1,300 Ha para los centros terciarios de las ciudades federación. 2. Distribución de 6,240 Ha para grupos de familias de escasos recursos. 3. Permuta de 2,300 Ha ejidales. 4. Adquisición de 370 Ha para usos terciarios. 5. Construcción de la vía férrea a la zona industrial Noroeste. 6. Desviación de la vía férrea Monterrey-Laredo


Unas cuantas líneas más son suficientes para concluir lo comentado hasta ahora acerca del Plan Director de Monterrey de 1967. Lo primero queda contenido en los dos artículos que conmemoran la publicación del plan. Que el proyecto postula para la capital industrial de México diversas teorías del urbanismo estadounidense y europeo, que tuvieron cierta relevancia a través del siglo XX.

Los criterios de la segregación funcional del planeamiento, y los de la expansión de las ciudades mediante la agregación de unidades de barrio que defendía Mumford, ya no eran extraños al desarrollo urbano local. En cambio, sí lo eran las teorías de la topografía social de Bardet; tanto como las del crecimiento direccional que, aunque apoyadas en otras del crecimiento lineal anteriores (Soria, Poëte, Le Corbusier, etc.), en esa época Doxiadis difunde desde Estados Unidos con el nombre de “ekística” alrededor del mundo. Y, que, parece sugerir el diseño de Exápolis 2000 en las direcciones radiales de Monterrey.

Lo segundo es todavía más destacable, la validez permanente de los criterios que sostienen el proyecto de Cortés Melo. Lo determinante se toma de algunas de las teorías de Bardet; consiste, nada menos, que en la fundamentación antropológica de la disciplina del urbanismo. Dado que ésta debe dar respuesta a la condición social del ser humano, aunque la afirmación pueda juzgarse como demasiado categórica, el beneficio colectivo es la condición para la consecución del individual. Que en el diseño urbano se traduce dando valor estructurante a los centros terciarios de los diferentes escalones comunitarios.

Otro aspecto de gran relevancia contemporánea, es indudablemente el reconocimiento que el proyecto hace de las preexistencias, de los valores que aporta la historia a la ciudad contemporánea (que entonces en Europa empezaban a rescatarse de la eclosión del urbanismo racionalista). Por eso el proyecto se adapta a las condiciones naturales del lugar: a las orográficas, las hidrográficas y las climatológicas, también a las concernientes al descanso y el ocio de la metrópoli. Asimismo, se adapta a las restricciones de la antropización: las vías de comunicación, la ciudad existente, etc.; que se conforman, como se ha visto, con la propuesta morfológica.

En definitiva, que a pesar que Exápolis 2000 pudiera contarse como uno más entre los grandes proyectos urbanos que planeaban la totalidad de la ciudad, Cortés Melo -no sin razón- califica de orgánico el diseño de la metrópoli futura; referenciando con ello la dimensión espacial prevista por el plan, a las modificaciones que se producen en el tiempo, el programa del planeamiento, para mejorar lo previsto. Así que, como ya se dijo, la soltura del trazado de los componentes urbanos, más que hablar de indeterminación, dice de cierto grado de flexibilidad que requieren los instrumentos del planeamiento.

Por eso, es conveniente terminar esta valoración diciendo que, ante los malos resultados urbanísticos del desarrollo tan indisciplinado como caótico que ha tenido el Área Metropolitana de Monterrey desde la segunda mitad del siglo XX; los responsables actuales del crecimiento y de la conservación de la conurbación regiomontana (las autoridades y la propiedad), pudieran reconsiderar para su regeneración, tantos aspectos positivos como los que contiene el Plan Director de 1967.







1. “According to the urban structural organization, the Comprehensive Plan proposes an expansion of the city through six carefully structured “Federation Cities”. These six cities would have the industry, commerce and related facilities necessary to function as semi-autonomous urban units. Each “Federation city” would be organized to follow the hierarchical organization of optimum cities, neighborhoods, domestic groups. These six “Federation cities” would together form what is called “Exapolis 2000” (exa=six, polis=city) denoting the ultimate development of the metropolis by the year 2000. The total of the Exapolis in the year 2000 is expected to be 5.2 million”. Jacques RODRIGUEZ, Thesis: Redevelopment of an urban area in Monterrey, Mexico. Rice University, Houston, 1971. Pág. 21, párr. 1
2. “Logically the only way to house more people is either to extend the present pattern of sprawl and cover vastly more land, or to use less land and increase its carrying capacity. I believe the latter is the correct approach and should be pursued by the government an planning officials of Monterrey simply because higher density solutions to housing are less costly, make more efficient use of city land, and economic development allow of infrastructure and facilities. Also more people can live closer to jobs, schools, and other necessities”. Ibídem. Pág. 31, párr. 2
3. El Plan Director de la Subregión Monterrey. Imprenta y Editorial Plata, S. A. Monterrey, 1967. Pág. 73, párr. 2
4. Ibídem. Pág. 46, párr. 6
5. Ibídem. Pág. 47, párr. 2
6. “Facilita espacios recreativos sub-urbanos a la población de ese rumbo”. Ibídem. Pág.45, párr. 5
7. Se encuentra dentro del área decretada como Parque Nacional Federal. Grandes atractivos naturales para la recreación de la población del Área Metropolitana. El desarrollo bien encausado de los alrededores de la Presa de la Boca puede convertir esta área en un gran centro recreativo y turístico. Su uso como zona habitacional no sería recomendable por no tener posibilidad de contar con centros de trabajo industriales cercanos. Ibídem. Pág. 45, párr. 4
8. No es conveniente como zona de desarrollo habitacional debido a la contaminación atmosférica producida por el área industrial. En cambio, (…) permite un amplio desarrollo como zona forrajera. El actual Ejido del Canadá podría ser ventajosamente desplazado hacia estas áreas”. Ibídem. Pág. 45, párr. 6
9. “Ciertos aspectos cualitativos sobre los grupos de ingreso, la estructura ocupacional general y la estructura por grupos de edades. Tales aspectos son relevantes para la estimación de áreas de terreno para la construcción de la vivienda, para estimar las necesidades de servicios educativos (y áreas respectivas), estimación de áreas de trabajo (especialmente las de tipo industrial), estimación de áreas para vialidad y tránsito, etc.” Ibídem. Pág. 30, párr. 2
10. Ibídem. Pág. 45, párr. 1
11. Ibídem. Pág. 66, párr. 5
12. “The trend has been to reconstruct existing neighborhoods in an effort to preserve communities and to improve the quality of life within them”. Jacques RODRIGUEZ, Thesis: Redevelopment of an urban area in Monterrey, Mexico. Rice University, Houston, 1971. Pág. 32, párr. 1
13. El Plan Director de la Subregión Monterrey. Imprenta y Editorial Plata, S. A. Monterrey, 1967. Pág. 67, párr. 7






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